El mar: el depósito contra incendios mayor posible

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En instalaciones de protección contra incendios que protegen riesgos en establecimientos cuyo emplazamiento se encuentra junto al mar, es frecuente recurrir a éste como fuente inagotable de reserva de agua, debido al ahorro tanto económico como de espacio que ello supone. Resulta muy habitual, por ejemplo, en el caso del sector petroquímico, cuando se trata de proteger conjuntos de grandes tanques de almacenamiento de combustible situados casi siempre en los grandes puertos. En el caso que recurramos a ello, hay que tener en cuenta dos aspectos importantes.

En primer lugar, es básico dimensionar debidamente el grupo de presión necesario. Lo más probable es que tenga que diseñarse un grupo doble o triple formado por bombas sumergibles, y que suelen ubicarse colgadas en estructuras metálicas en los propios pantalanes de atraque de los petroleros (ver foto de un montaje efectuado por nuestra empresa en el puerto de mercancías de Barcelona). En estos casos, el grupo suele estar lejos del riesgo, por lo que suele tratarse de bombas eléctricas, cuyos motores están diseñados para usos duros en intemperie bajo un ambiente marino. Es fundamental garantizar en todo momento la alimentación eléctrica, por lo que ésta deberá ser ajena al riesgo protegido.

Por otro lado, es importante la situación de la instalación en estático. Debido a las propiedades de corrosión del agua marina, suele trabajarse con un sistema paralelo de abastecimiento de agua dulce, de un tamaño justo y necesario para llenar de forma permamente el circuito hidráulico en carga. De este modo, solo se trabajaría con agua marina ante una gran demanda de la instalación, por lo que el circuito auxiliar, que correspodería con las bombas jockey, será convencional.

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