Un incendio destruye la planta de Campofrío de Burgos

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El pasado día 16 de noviembre de 2014, un devastador incendio destruía la empresa cárnica de CAMPOFRÍO en la localidad de Burgos. Desgraciadamente en estos casos es cuando realmente todos los sentidos se ponen alerta no solo para conocer las causas del incendio sino acometer las medidas de protección contra incendios tanto activas como pasivas, así como los sistemas de evacuación de humos, que deberían haberse tenido en cuenta para evitar la rápida propagación y acción del fuego.

Según los Servicios de Extinción de Incendios de Burgos, la falta de sectorización de incendios y el tipo de aislamiento, principalmente de poliuretano, habrían podido propiciar la rápida propagación del fuego por el resto y totalidad de la nave, de unos 40000 m2 de superficie.

Un incendio es considerado como un hecho fortuito, una fatalidad contra la que se puede hacer más bien poco. Casi nadie considera un incendio como una amenaza real y constante. Pero en la realidad este tipo de siniestros generan importantes pérdidas económicas, de bienes materiales y, en algunos casos, vidas humanas.

El pasado mes de septiembre Allianz Global Corporate & Specialty publicó un informe dónde revelaba las principales causas de siniestros para las empresas. El análisis muestra que cerca del 70% de los daños surgen de diez causas de siniestros, entre ellas y, en segunda posición, la causada por los incendios. En 2014, el 80% de los principales siniestros industriales declarados procedía de un incendio.

El sector industrial sufre una media de ocho incendios diarios declarados y un número mucho mayor de conatos, según datos de algunas compañías aseguradoras. De las industrias con incendios declarados, el 20% quedan destruidas totalmente, sin posibilidad de retomar su actividad productiva, con la pérdida adicional de los empleos directos o indirectos que generaba. En definitiva, las consecuencias de un incendio se resumen fácilmente: siempre hay pérdidas ya sean materiales o de vidas humanas. Todos estos hechos confirman la importancia de la protección contra incendios en la edificación.

Un correcto diseño y ejecución de las instalaciones de protección contra incendios acordes con el tipo de establecimiento industrial, carga de fuego y actividad desarrollada es vital e igual de importante a la inversión que se destina en las obras de construcción, modificación y reforma de una actividad industrial.

En la mayoría de los casos, la definición y diseño de un sistema de protección contra incendios ya no depende tanto de las normas de obligado cumplimiento sino que, cada día y con mayor fuerza, intervienen numerosas asociaciones u organizaciones, entre ellas, las mismas compañías aseguradoras, que cuentan con normas de técnicas de seguridad equivalente o mayores a las exigidas en la actualidad.

Todas las medidas de protección contra incendios, tanto activas como pasivas, deben estar coordinadas entre sí e integradas en el conjunto del edificio, con el fin de que éste responda del mejor modo posible ante un incendio.

Una correcta compartimentación al fuego del edificio permitirá confinar un incendio a un espacio reducido, evitando su difusión al resto del inmueble durante un tiempo considerable para luchar contra el mismo, mediante las instalaciones de protección activa contra incendio instaladas en el establecimiento y, permitiendo a su vez, la intervención de los Servicios de Extinción de Incendios.

Este tipo de instalaciones, a diferencia que el resto de instalaciones existentes en un edificio, son instalaciones de seguridad, prevención e incluso extinción de posibles conatos de incendio. Inversiones importantes que no deberían menospreciarse a la hora de realizar los estudios económico-fincancieros de viabilidad de un negocio empresarial.

Pero, además, se debe tener en cuenta y con especial interés el mantenimiento de este tipo de instalaciones. Debemos pensar que este tipo de instalaciones nunca entrarán en funcionamiento a no ser que, por desgracia, tengamos un incendio en nuestro establecimiento. Por ese motivo, deberemos asegurarnos que cuando esto se produzca, el sistema esté perfectamente preparado para su correcto funcionamiento.

Aunque la ley obligue al propietario de las instalaciones de protección contra incendios a contratar una empresa de mantenimiento, será necesario mantenerla adecuadamente y, si es necesario, modificarla, bien porque ya esté obsoleta o bien para adaptarla a la normativa vigente.

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